MUJERES QUE LEEN, NOVIEMBRE 2015: ANTE EL DOLOR DE LOS DEMÁS (SUSAN SONTANG)

Ante el dolor de los demás. Susan Sontag. Alfaguara 2003. Premio Príncipe de Asturias de la Letras 2003 junto con la escritora marroquí Fatema Mernissi.

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Este ensayo lo leí el año de su publicación, 2003, pero no dejo de pronunciar su título en cada Telediario desde entonces. ¡Cómo me martillean sus preguntas cada día, teniendo éstas plena vigencia!

Claramente el mundo ha empeorado ante el dolor de los demás y el propio dolor de los demás se ha multiplicado por cien mil. (Ojos de raza blanca acomodada frente al resto del planeta)

Lejos de haberse quedado obsoleta esta reflexión, dados los momentos que vivimos ante las guerras desatadas desde 2003 a 2015, he creído oportuno compartir con Otras que baileen mi fascinación por otro libro corto pero conciso, duro pero maravilloso en su elección del lenguaje, para golpear con fuerza nuestro sentido adormecido de la reflexión frente a la violencia y la imagen omnipresente de ella en nuestras vidas. Y todo desde la óptica de una gran fotógrafa y escritora como fue la ya desaparecida artista norteamericana Susan Sontang. (1933-2004)

Recojo por tanto de mis archivos mi reflexión tras su lectura en 2003 y que os la propongo hoy vivamente por estar de plena actualidad.

Me ha encantado este ensayo de reciente edición sobre el análisis que representa estudiar la historia de la fotografía, incluso de la pintura, que representa el sufrimiento humano analizando y lanzando al aire multitud de preguntas sobre:

    • Si es ético y moral la omnipresente imagen del dolor ajeno.

    • Si nos aporta algo bueno o algo malo.

    • Si la perversión es de quien mira.

    • Si la identidad de la victima influye en la percepción del juicio para estimar por el observador.

    • Si el acto mismo de la fotografía es intrínsecamente perverso o no.

    • Si la fotografía del dolor es interpretación de la realidad o sesgo de la misma.

    • Si una foto es mejor que mil palabras o no.

    • Si ahora hay más dolor en nuestras imágenes o no.

    • Si la perversión del ser humano es la misma de siempre.

    • Si es ético filtrar o forzar de alguna manera a que no aparezcan en los medios públicos.

    • Si puede ser arte, si lo que de verdad importa es la reflexión sobre el dolor en sí mismo.

    • Si se hace o estamos anestesiados de tanta sangre en esta era que se escenifica la propia realidad para que todo sea espectáculo.

    • Si culturalmente el dolor implica sacrificio y consecuentemente exaltación (todos los santos mártires) o en los días que vivimos eso ya no es así, el sufrimiento no conduce a nada, más que al propio dolor de quien lo padece.

    • Si es verdad que un dolor, el propio siempre tiene peso frente al ajeno y sobre todo frente a razas exóticas y lejanas.

    • Si el hacer museos sobre el sufrimiento sirve para algo moralmente hablando en el sentido en que siempre se ha dicho que el pueblo que olvida esta condenado a repetir sus errores o si por el contrario la clave de la paz está en no recordar tanto para que así nazca la tolerancia y otra manera de ver la vida.

    • Y por último si hay un antídoto a la perenne seducción de la guerra y si es más posible que esta pregunta se la formule una mujer que un hombre (probablemente sí). Dice ella.

Frases que golpean:

Al otro, incluso cuando no es enemigo, se le tiene por alguien que ha de ser visto, no alguien como nosotros que también ve.

– ¿La conmoción (referida a la que te produce ver el espectáculo escabroso de una desgracia humana) tiene plazo limitado?

– La compasión se está adormeciendo.

– La realidad como espectáculo, eso es lo que importa hoy día.

– Hacer la paz es olvidar. Para la reconciliación es necesario que la memoria sea defectuosa, limitada.

Nada más que añadir. Está todo sobre la mesa. Ahora sólo restan las respuestas y las acciones:

Ante el dolor de los demás.

MAR DE LOS RÍOS

NOVIEMBRE 2015

OJOS DE MUJER, NOVIEMBRE 2015: SOFONISBA DE ANGISSOLA (1535-1625)

SOFONISBA DE ANGISSOLA.

LA PINTORA DEL RENACIMIENTO

(Cremona hacia 1535—Palermo 1625)

Conocer la historia de esta mujer y enamorarse de ella es casi inevitable. Sofonisba de Angissola pertenece a esa clase de privilegiadas que tuvo unos padres aristocráticos que, además, tenían la inquietud de mimar a su prole potenciando sus habilidades intelectuales, donde las Bellas Artes eran un pilar fundamental.

Sofonisba es la mayor de siete hermanos (con un único varón) Sus padres animaron a todas sus hijas e hijo (Sofonisba, Elena, Lucía, Europa, Minerva, Ana María y Asdrubale) a cultivarse y perfeccionar sus talentos. Cuatro de sus hermanas también fueron pintoras, pero Sofonisba fue de lejos la que mejor lo consiguió y fue más renombrada. Elena se hizo monja (Sofonisba pintó un retrato de ella) y tuvo que dejar de pintar, así como Ana María y Europa lo dejaron al contraer matrimonio, mientras que Lucía, la mejor pintora de las hermanas, murió joven. La otra hermana, Minerva, se hizo escritora y latinista. Asdrubale, el hermano varón, estudió música y latín, pero no pintaba.

A la edad de 14 años su padre la envió, junto con su hermana Elena, a estudiar con Bernardino Campi, pintor también nacido en Cremona, un respetado autor de retratos y escenas religiosas de la escuela de Lombardía. El aprendizaje de Sofonisba con artistas locales sentó un precedente para que las mujeres fueran aceptadas como estudiantes de arte. Su trabajo más importante de aquella época es su obra  Bernardino Campi pintando a Sofonisba Angissola, fechado en 1550 y que se encuentra en la Pinacoteca Nacional de Siena.

Lucia, Minerva y Europa Anguissola jugando ajedrez, 1555, Muzeum Narodowe (Museo Nacional), Ponzan, Polonia.

SU VIAJE AL ÉXITO. En 1554, Sofonisba viajó a Roma, donde conoció al gran Miguel Ángel por mediación de otros pintores. Este encuentro con el artista fue un gran honor para la pintora y se benefició de ser “informalmente” instruida por el gran maestro. Cuando él le pidió que pintara un niño llorando, Sofonisba dibujó un Niño mordido por un cangrejo, y cuando Miguel Ángel lo vio, reconoció de inmediato su talento. A partir de ese momento, el genio le daba bosquejos de su cuaderno de notas para que ella los pintara con su estilo personal y le ofreció consejo sobre los resultados. Durante al menos dos años, Sofonisba continuó este estudio “informal”, recibiendo una sólida orientación del mismísimo Miguel Ángel. (No es muy conocida la sensibilidad del maestro con las mujeres artistas de las que se nutrió durante toda su vida)

El gran historiador del arte Vasari escribió sobre ella: «Anguissola ha mostrado su mayor aplicación y mejor gracia que cualquier otra mujer de nuestro tiempo en sus empeños por dibujar; por eso ha triunfado no sólo dibujando, coloreando y pintando de la naturaleza, y copiando excelentemente de otros, sino por ella misma que ha creado excelentes y muy bellas pinturas».

No obstante, no lo tuvo fácil, pues a pesar de que contó con coraje y apoyo, más que el resto de las mujeres de su época, su clase social no le permitía ir más allá de los límites impuestos para su sexo. Por ejemplo, no tuvo la posibilidad de estudiar anatomía o dibujar del natural, pues era considerado inaceptable para una señora que viera cuerpos desnudos. Por tanto nuestra artista buscó las posibilidades para un nuevo estilo de retratos, con personajes con poses informales, algo muy poco común en la época imprimiendo el sentido del humor a sus pinturas, la sonrisa y la actividad. Los cuadros de esta autora cuentan historias.

Los miembros de su propia familia y su propio rostro fueron los protagonistas más frecuentes de sus obras, como se puede ver en: Autorretrato (1554; en el ( Kunsthistorisches Museum de Viena), El juego de ajedrez (1555; Museo Narodowe, Poznan), en el que pinta a sus hermanas Lucía, Minerva y Europa, y el Retrato de Amílcar, Minerva y Asdrúbal Anguissola (1557-1558); Nivågårds Malerisambling, Niva, Dinamarca).

A destacar este hermoso autorretrato donde se ve detrás de ella el cuadro de la Virgen besando a su hijo, dándole con ello esa pátina de mujer terrenal, totalmente revolucionaria.

_Sofonisba_Anguissola

Cuando ya era conocida, Sofonisba se desplazó a Milán, hacia 1558, en donde pintó al Duque de Alba, quien a su vez la recomendó al rey Felipe II de España. Tenía 27 años cuando llega a la corte española. Se convertirá en dama de compañía de la nueva reina Isabel de Valois, tercera esposa del rey. Enseguida se ganó la estima y confianza de la joven reina. Durante este tiempo, trabajó estrechamente con Alonso Sánchez Coello; se aproximó tanto a su estilo, que inicialmente el famoso retrato del Felipe II, en edad mediana, fue atribuido a Coello. Ha sido recientemente cuando se ha reconocido a Anguissola como la autora del mismo.

Nuestra artista pasó los años siguientes pintando sobre todo retratos de corte oficiales, incluyendo los de la reina y otros miembros de la familia real, la hermana de Felipe II: Juana, y su hijo, Don Carlos. Sus pinturas de Isabel de Valois y de Ana de Austria, la cuarta esposa de Felipe II, son vibrantes y llenas de vida.

LA PINTORA POR EXCELENCIA DEL MUSEO DEL PRADO

La presencia de esta pintora que reúne cuatro de sus obras en la Sala 56 del Museo, puede parecer excepcional y realmente lo es, aunque es preciso señalar que sus obras, probablemente hoy estén expuestas porque anteriormente se atribuían a otros pintores de su época. En los últimos años tras la realización de los oportunos estudios y análisis, las obras se le han ido reasignando no sin cierta resistencia por parte del museo que sigue considerando una de ellas como atribuida y otra sigue figurando con su antigua atribución aunque se menciona la posibilidad de que pueda ser de
Sofonisba de Anguissola, Es bien conocido que las obras de Sofonisba gustaban de forma especial a las personas retratadas y que en su tiempo era solicitada por las principales cortes europeas.

LA SALA 56

Es en esta sala del Museo del Prado donde está la obra de nuestra artista con las siguientes obras:

El retrato de Ana de Austria [P1284] y el del propio Felipe II, [P1036] uno de sus retratos mas famosos, en la actualidad son considerados obras indiscutibles de Sofonisba Anguissola pero hasta fechas relativamente recientes han figurado adscritos a otros pintores de la época.

Isabel de Valois portando el medallón con la efigie de Felipe II  [P1031] realizado por Sofonisba Anguissola hacia 1565 con motivo de la Entrevista en Bayona de la reina con su madre Catalina de Medicis y su hermano, el rey de Francia.  En la cartela de la obra sigue figurando: “Atribuida a Sofonisba Anguissola”.

La infanta Catalina Micaela [P1139]
A pesar de que especialistas como Maria Kusche no dudan de la autoría de Sofonisba Anguissola en la cartela de esta obra continúa figurandola atribución de la autoría a Sánchez Coello aunque el texto de la cartela informa que”se ha propuesto también la autoría de Sofonisba Anguissola”

Su paso por al corte española le servio para dedicarse de por vida a cultivar su pintura, mientras los ojos le dejaron, siendo una prolífica autora. Que la corona española le concedería una pensión vitalicia que le permitiera tal desahogo, además de dos matrimonios con hombres solventes y con la cabeza bien amueblada, que vieron en la profesión de su esposa una virtud admirable, contribuyó de manera determinante a su prolífica actividad.

Volvería a su Italia natal donde con una vida plena, recibiría al final de su vida a la flor y nata de los pintores europeos que se conformaban con escucharla hablar.

Un total de 50 obras han sido atribuidas con seguridad a Sofonisba. Sus cuadros pueden ser vistos en las galerías en Bérgamo,Budapest, Madrid (Museo del Prado), Milán (Pinacoteca de Brera), Museo Nacional de Nápoles, Siena y Florencia (Galería Uffizi). Su obra ha tenido enorme influencia en las generaciones de artistas posteriores. Su retrato de la reina Isabel de Valois con una piel de marta cibelina fue el retrato más copiado en España. Entre estos copistas se incluyen muchos de los mejores artistas del momento, como Pedro Pablo Rubens.

Recomiendo el blog Cuaderno de Sofonisba de donde he sacado mucha información de la artista y donde su autora, Concha, hace un seguimiento de ésta y muchas pintoras con el mismo espíritu de Otras que baileen.

MAR DE LOS RÍOS

NOVIEMBRE 2015

MÚSICA PARA BAILAR, NOVIEMBRE 2015: DESTINY´S CHILD: INDEPENDENT WOMEN

“Independent Women” es una canción del trío americano  Destiny´s Child, hoy desaparecido, y del que sobrevive la archifamosa Beyoncé.  La canción apareció por primera vez como banda sonora de la adaptación cinematográfica de 2000, de Los Ángeles de Charlie, y más tarde fue incluido en el tercer álbum de estudio del grupo, Survivor (2001). Numerosos premios avalan la fórmula de estas chicas que las hizo mundialmente famosas. ¡Mensaje sin dejar de bailar!

MUJERES QUE LEEN, NOVIEMBRE 2015: OCHO CENTÍMETROS (NURIA BARRIOS)

OCHO CENTÍMETROS. NURIA BARRIOS

(EDITORIAL PÁGINAS DE ESPUMA 2015)

OCHOC

 

Ella toca todos los palos de las letras y todos lo maneja con destreza, como acredita su denso currículo al alcance de todos gracias a internet. Nuria Barrios ha publicado con enorme acogida, obras de casi todos los géneros en las mejores editoriales, a lo largo de los últimos dieciocho años.

Ocho centímetros, si no me equivoco, es su última obra. Es un libro perfecto para acercarse a nuestra autora. Deliberadamente soy muy mala para etiquetar, y no sabría decir desde mi perspectiva si es una novela dividida en capítulos interconectados o es un libro de cuentos con vocación de novela corta.  Esa cuestión es intrascendente para los lectores y primordial para las editoriales…  Pero sí, venga,  es un libro de cuentos.

Para empezar tiene un tamaño perfecto para llevar en el bolso, tiene 178 páginas de texto que lo hacen de esos que se pegan a la mano, que puedes retomar en cualquier momento del día. Para mi gusto esto nos lleva a cumplir con el primer requisito para comprarlo: es lo que se llama empezar bien. ¿La ventaja de ser once cuentos? Que se puede abrir el libro por donde quieras y zamparte uno de ellos sin necesidad de ir en orden. Te sentarán igual de bien, aunque el orden sugerido garantiza detectar el lazo común que llevan a algunas historias de la mano.

El libro comienza con una cita de Elaine Scarry muy bien escogida:

El dolor no tiene voz pero cuando encuentra una, comienza a contar una historia.

         Nuria sabe moverse perfectamente entre el dolor y el amor, sabe escoger las voces del sufrimiento con ojos de niña y transformarlo en risa. Porque la risa cura, es un bálsamo para el alma… Baila con destreza entre las olas de nuestro mundo contemporáneo, saltando de escenario en escenario con un ritmo bien trazado y con esa lente de mujer observadora con ganas de aspirar la belleza entre las grietas, y eso: se tiene o no se tiene. Se llama sensibilidad.

Nuestra escritora de noviembre domina y utiliza las metáforas de un modo directo, construyendo algunas que se clavan en el corazón y que yo al menos tengo la necesidad de escribir en el móvil para no olvidarlas, cuando me siento ensartada por una de ellas. Rescato un ejemplo por su impacto, a propósito del pensamiento que todos hemos tenido cuando visitamos a un enfermo terminal al que amamos profundamente y que sabemos que se nos va:

¿Por qué ella? Nos íbamos a casa huyendo del frío aliento del azar.

         Me sorprende que en la contraportada figure una frase sin firmante, a modo de crítica literaria favorable:

…tiene la extraña capacidad de resultar igual de creíble cuando narra con voz masculina que cuando narra en femenino…

         ¿Sorpresa disfrazada de crítica positiva ante una buena escritora que sabe manejar las voces de género y tantos otros recursos? En fin…

         Nuria domina la ironía que es también una virtud atribuida al lenguaje basada en el sentido del humor. La ironía da mucho color.

Es una verdad nacida de dos verdades contrapuesta cosidas con humor, que componen otra distinta igualmente relevante en sí misma. (Algo así afirmaba Jane Austen a propósito de la multitud de críticas que recibió en su época de un sector singracia que creía estar afeándole con ello la obra a quien sabe enriquecer el relato precisamente con la ironía)

Pero no quiero desvelar más de Ocho centímetros, tan solo recomendar vivamente su lectura, reconociendo que ha sido uno de mis libros favoritos del 2015 y estoy segura que de otros muchos lectores.

Lo que digan rancios jurados con dudoso sentido del humor, entre otros muchos sentidos, no debe achantarnos. Aunque la costumbre de no tener en cuenta a las escritoras entre sus destacados del año, concretamente a las buenas como Nuria, no convierte las injusticias en justicias.  Dejar de ser las eternas invisibles depende en parte de nosotras. (No sé qué parte exactamente, pero aquí estamos)

En cualquier caso, por eso debemos saltar a la pista y bailar.

Y aunque estos dilemas de factoría poco interesa al lector y a las lectoras ávidos de buenas historias como Ocho centímetros, mucho menos a las escritoras autenticas como es Nuria Barrios, sí debemos de tomar conciencia de que el mundo de hoy debería de tener mucho más espacio que el dedicado actualmente al sitio donde se expone el sentir artístico femenino.

Enhorabuena, Nuria.

Seguiremos hablando de tu obra en Otras que baileen porque tú eres parte de nuestra música.

MAR DE LOS RÍOS

NOVIEMBRE 2015

nuriabarrios
Con Nuria Barrios y Emilia Recio, del Centro Andaluz de las Letras, en 2011 en la presentación de su hermosa novela: El alfabeto de los pájaros (Seix Barral), en el Museo Arqueológico de Almería. Una escritora de las de bandera y una excelente conversadora, con el sentido del humor a flor de piel.