Olga Tokarczuk (Polonia, 1962)Es la décimo quinta y última de las galardonas en 2018 con el Premio Nobel de Literatura. Esta autora venía ganando cuanto premio existe en Europa Central, destacando su talento narrativo para cruzar los mitos y leyendas populares, con una imaginación deslumbrante.
Un lugar llamado antaño (1996)
Editorial Lumen, 2001
De su obra elegimos su tercera novela. Es considerada ampliamente como su mayor y más resonante éxito y un logro destacado en la reciente prosa polaca. El argumento trata sobre un pueblo mítico llamado Antaño, que se dice que está ubicado en el centro de Polonia, donde se describe un microcosmos en el que convergen todas las alegrías y penas conocidas por la humanidad. En este escenario surgen los coloridos personajes de la aldea: un aristócrata que se retira de la vida para jugar el fantástico juego de mesa de un rabino, que promete respuestas a las grandes preguntas de la vida; una loca amante de los perros perseguida por la luna; un soldado soviético que busca alivio sexual entre las bestias del bosque; un sacerdote que desea domesticar un río infestado de ranas. Y por encima de todo, hay un Dios egoísta y vanidoso que se ha aburrido por completo con la humanidad.
Laura Albéniz Jordana (Barcelona 1890-1944) Fue una ilustradora y pintora española del Novecentismo. Se la considera precursora del Art Dèco en Cataluña.
Hija del matrimonio formado por el pianista y compositor Isaac Albéniz y Rosina Jordana. Cuando era pequeña, la familia se trasladó a Londres, también vivió entre París y Niza, durante los primeros años del siglo XX., hablaba 8 idiomas. En 1906, con sólo 16 años hizo su primera exposición en el Musée Moderne de Bruselas, donde presenta “Pages d’album” una muestra de dibujos y acuarelas que fueron muy bien recibidos por la crítica, que las calificaron de “divertissants et spirituels“.Un año más tarde, en 1907, expuso dibujos y pasteles, en una muestra que compartida en Barcelona. Desde entonces la crítica siempre le fue muy favorable aunque, a menudo, aludió a su «espíritu femenino». La buena relación con su padre le abrió las puertas del mundo artístico y cultural parisino de principios del siglo XX.
Las obras de esta primera época recogen el ambiente mundano de París y de la Belle Epoque, y “chic” la importancia del ambiente decorativo, urbano y moderno, pero también un mundo culto y contemporáneo en el que la presencia femenina es destacada. Unos años más tarde, en 1911, participa en una exposición muy significativa, ya que reúne cuatro artistas de una generación joven, que trabajan diferentes disciplinas como son el dibujo, pintura, caricatura, escultura y esmalte, y que entienden la modernidad como un tránsito del viejo al nuevo, del Modernismo al Novecentismo. Y tres años más tarde, en 1914, realiza una exposición individual en las Galerías Dalmau. En esta exposición encontramos que el tema central gira en torno a la figura femenina, pero en este, deja de lado el ambiente parisino, y se centra más en el folclórico, como sevillanas, bailarinas, gitanas, etc.
En 1918 se casó con un militar de carrera, Vicente Moya, quien, desde 1933, trabajó para la industria británica. Con él tuvo dos hijos: Julio (1919-1939)y Rosina (1920-2015). Su hijo murió durante la guerra civil. La familia de su hija, será la heredera del legado de Isaac Albéniz. Su casa funcionó como una especie de los últimos famosos Salones: se celebraron semanalmente tertulias donde asistían intelectuales y artistas
Laura Albéniz van evolucionando hacia el Mediterranismo, defendido por d’Ors, y representando el ideal de mujer novecentista: una mujer sana y fuerte, de formas redondeadas, a la que se asignaba el rol tradicional de esposa y madre, y transmisora de valores morales y culturales. Estas mujeres se alejan de las jóvenes modernas que había pintado o dibujado años atrás, que nos transportaban a un ambiente culto, elegante y moderno, y representaban un nuevo modelo de mujer en busca de su libertad. El Novecentismo que se dio justo después de la dictadura de Primo de Rivera, reivindicó la cultura de principios de siglo que había sido fuertemente reprimida.
Muere este mes de febrero María Moreno (Madrid 1933-2020), la escurridiza pintora realista que siempre quiso vivir a la sombra de su esposo, Antonio López. La eterna dicotomía sobre el o en este caso la artista y su obra.
Thank You Very Much, de 2013 es el gran éxito de la joven cantante polaca, Margaret. Una parodia de una adolescente rebelde, que le da a sus padres las gracias por la fiesta de cumpleaños nudistas que le han organizado. Porque reírnos de nosotros mismos es fundamental.