La pintora Isabel Quintanilla murió el año pasado a la edad de 79 años. (Madrid 1938-2017) Formaba parte del grupo de artistas que vivieron y trabajaron en Madrid desde los años cincuenta. Todos unidos por el vínculo realista, por sus relaciones personales y por la presencia de Antonio López y su mujer María, pintora de altura de la que hablamos en el pasado en Otrasquebaileen. “Pintábamos nuestros árboles y jardines”,unos días antes de la exposición dedicada al grupo en el Museo Thyssen Bornemisza, también recientemente. Miraron lo vulgar y se inspiraron. Estaban tan unidos que los apellidos se repetían, tan cercanos que al salir a la calle y mirar lo llamaban “lopecear”. Es decir, hacer realismo. No usaban la cámara de fotos, no tenían coches para viajar y tampoco tenían fácil subir el caballete en los tranvías y autobuses. Florecieron en plena posguerra.De todos ellos han fallecido, además de Isabel y Francisco, Esperanza Parada (1928-2011) y Amalia Avia 1930-2011). Junto a Antonio López, su esposa María Moreno y el escultorJulio López Hernández (1930) son los últimos testimonios vivos de aquellos artistas que se conocieron en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y desde entonces se mantuvieron juntos. Inseparables.
Levantaron un monumento a lo insignificante. La mayoría de integrantes del grupo expusieron antes de los 30 años y en 1955 montaron la primera exposición colectiva de las decenas y decenas que vendrían más tarde.