ARTÍCULOS, FEBRERO 2018: MUJERES NEOZELANDESAS PIONERAS DEL SUFRAGISMO

MUJERES NEOZELANDESAS PIONERAS DEL SUFRAGISMO

MUJERES SUFRAGISTAS DE NUEVA ZELANDA. SU PAÍS LAS RECONOCE HASTA EN LOS BILLETES. EN EL CENTRO, KATE SHEPPARD

Leer las novelas de Sarah Lark despierta siempre la ilusión de viajar a Nueva Zelanda y yo no podía escapar a ese anhelo que algún día, pongo a Otrasquebaileen por testigo, realizaré. Mientras tanto, este mes de febrero hacemos un monográfico de este país. Y para centrarnos en un artículo que nos sirviese a las chicas bailarinas, recordé que fue el primer país del mundo donde se reconoció en derecho al Sufragio femenino sin restricciones, el 19 de septiembre de 1893, muy por delante del resto del mundo. Recordemos esa historia.

Hablar de Nueva Zelanda para los europeos es siempre hablar del exotismo, de pensar en los territorios más alejados de la conquista del hombre blanco, hablar de fauna y flora autóctona. Nueva Zelanda fue descubierta y poblada por los maoríes hace más de mil años cuando llegaron por mar desde Polinesia en el Pacífico Sur. Entre los primeros visitantes europeos se encuentra el holandés Abel Tasman, que llegó en 1642, y el explorador inglés James Cook, que en 1769 trazó el mapa del litoral del país. De hecho, su nombre proviene del neerlandés: Zeeland, significa ‘Tierra del mar’, haciendo alusión a su condición de isla

La Historia de los derechos es fruto del esfuerzo y la lucha. En este caso las protagonistas fueron las sufragistas neozelandesas, especialmente de Kate Sheppard (1847-1934). Nacida en Liverpool, vivió en distintos lugares de Gran Bretaña y en Irlanda. Fue una mujer muy activa intelectualmente y recibió una clara influencia del socialismo de raíz cristiana, una corriente muy potente en el mundo anglosajón. A la muerte del padre la familia se trasladó a Nueva Zelanda en el año 1868. Se instalaron en Christchurch, donde ya vivía su hermana. Allí se casó con un comerciante, Walter Allen Sheppard. Era muy común que las mujeres anglosajonas se vincularan a las congregaciones religiosas para luchar contra el alcoholismo masculino, un gran problema ancestral, sin resolver en mi opinión, origen de muchos problemas, pero que llevó a poner otros sobre la mesa. Por ejemplo la nula relevancia de las mujer en la sociedad de manera legal. La joven Kate por tanto, consciente de ello, se vinculó con energía a la Iglesia Congregacional Trinidad, luchando contra el alcoholismo y sus consecuencias.

En 1885 Kate Sheppard fue una de las fundadoras de la Unión Cristiana de Mujeres por la templanza de Nueva Zelanda (WCTU). En 1874 la primera organización se había creado en Cleveland (Ohio) y se fue extendiendo por distintos lugares del mundo. Por tanto Sheppard ejemplifica la vinculación que el primer sufragismo tuvo con la lucha contra el alcoholismo. Si se quería que se aprobasen leyes contra el alcoholismo, y por la mejora de las mujeres y niños era necesario que las mujeres pudieran votar y estar representadas en el Parlamento.

Así pues, Kate se convirtió en una infatigable luchadora en reuniones, mítines, la prensa, introduciendo en Nueva Zelanda el debate sobre los derechos políticos de las mujeres, y contra la desigualdad jurídica. Los folletos que editaba la WCTU fueron enviados al Parlamento en 1891. Nueva Zelanda disfrutaba de una gran autonomía política por su especial estatus colonial. Por tanto este hecho permitió que la lucha siguiera desde la prensa de la WCTU. Se elaboró una nueva petición en 1893, que fue firmada por 32.000 personas, convirtiéndose en un documento clave en la Historia. Esta petición fue incluida en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO en 1997. La organización femenina estaba formada por unos cientos de activistas, pero su empeño fue tal que la opinión pública neozelandesa terminó siendo claramente favorable al reconocimiento del Sufragio femenino.

El 19 de septiembre de 1893 se aprobaba la nueva ley electoral. El primer ministro, Richard Seddon, envió un telegrama a nuestra protagonista.

Se calcula que en las primeras elecciones en las que las mujeres neozelandesas (mayores de 21 años) tuvieron derecho al sufragio votaron el 65% de las mismas. Kate se convirtió así en una mujer mundialmente conocida y se dedicó a la lucha sufragista por el mundo anglosajón sin descanso. No obstante hubo que esperar a 1916 para que las neozelandesas pudieran presentarse a las elecciones.

Gracias, Kate, sigues siendo un ejemplo para todas nosotras en un mundo engañoso donde la vida de las mujeres continua siendo muy complicada.

Como reflexión para la consecución de objetivos, la unión hace la fuerza y eso es lo que falta en mi opinión. Ir en contra del alcoholismo masculino me parece todavía una lucha muy vigente. Saber de dónde venimos para dilucidar a dónde vamos, también.

MAR DE LOS RÍOS

FEBRERO 2018

 

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